EL Brinco del Diablo

brincodeldiablo-leyenda-abasolo

Abasolo esta situado en la falda norte de la llamada sierra de Huanímaro, donde se eleva un promotorio rocoso conocido originalmente como el cerro de los tres picachos, debido a esto a que parece tener 3 promotorios rocosos que emergen de la gran masa que cubre la sierra ya mencionada.

Desde hace mucho tiempo los vecinos que se acostumbraron a realizar paseos a un pequeño valle que se encuentra detrás de los picachos, siendo la fecha de paseo mas importante, la del 14 de Septiembre, fecha con la que se iniciaban los festejos patrios.

A partir del año 1933 para este paseo, desde el 13 de Septiembre por la mañana, empiezan los lugareños a llevar maderos y ramas con las que harían sus enramadas para el paseo, cuando de repente al ir subiendo la cuesta, varios de ellos observan extrañados como sobre el cerro empiezan a arremolinarse unas gruesas nubes, que sin punto de transición sueltan una gran torrente de agua acompañado de un viento huracanado que los detiene a todos, ya que todo el horizonte se cubre de una gran obscuridad, quebrada solamente por el estallido de los truenos que iluminaban con sus rayos todo el horizonte circulante.

Es gracias a los relámpagos, el que todos pudieron ver que algo insólito estaba sucediendo: un hombre vestido de frac, se dibujaba nítidamente a la luz de los relámpagos saltando tranquilamente de un picacho a otro, observando que a cada salto arreciaba la tormenta al grado que en cuestión de segundos, estaban ya todos empapados.

Dicho fenómeno nunca antes visto en la población, metió el miedo en la mente limpia y sencilla de los moradores, por lo que impulsivamente dan media vuelta y corren alocadamente en dirección al pueblo a donde llegan atropellándose unos con otros, llegando hasta el centro de la población en donde se erguía la iglesia del lugar; corriendo sin pensarlo a la casa del Sr. Cura aporreando la puerta y llamándolo a gritos.

Al salir el Sr. Cura que por ese tiempo acababa de llegar a l pueblo, llamando Don Efrén Urincho, se aprietan a su alrededor todos los presentes y cada quien a su modo, a gritos y con ademanes le platican de lo que estaba sucediendo: la tormenta, el viento huracanado, los relámpagos y sobre todo, el hombre de frac, que tranquilamente saltaba de un picacho a otro, mas el Sr. Cura, dudando de lo que le contaban, les pide que esperen a que pase la tormenta para comprobar lo que le decían y mientras tanto los manda a su casa ofreciéndoles investigar todo el día siguiente.

Una vez escuchado lo que les dice el Sr. Cura, todos corren a refugiarse a sus casas, mas como la tormenta no cedía y si al contrario arreciaban los relámpagos y la fuerza de la tormenta, la curiosidad obligaba a sus moradores a estar pendientes de los relámpagos y ver hacia los picachos, en donde a cada relámpago, se veía una y otra vez, en una sucesión interminable, al hombre de frac, saltar tranquilamente de picacho en picacho, llenándose toda la gente de terror, por lo que apenas amanece, de todos los rumbos sale la gente que se acercaba a la parroquia, despertando al párroco a quien vuelven a explicarle lo que pasa y piden ayuda, estando comentado el suceso cuando alguien dice: “ que se hagan 2 cruces y se pongan en cada picacho, propuesta que es aceptada por todos, por lo que de inmediato se busco la madera y en el atrio de la iglesia se hacen las 2 cruces, para después de ser bendecidas por el párroco, sale este con toda la población en peregrinación rumbo al cerro de los tres picachos.

La distancia entre el pueblo y los picachos es corta y sin embargo, por la fuerza del viento en contra y la tormenta que no cedía, el avance se fue haciendo lento, muy lento; hasta que al fin llegan al primer picacho, en donde el Sr. Cura, después de bendecir el lugar, ordena hacer un agujero para clavar la cruz.
Conforme iban avanzando en la perforación del agujero, parecía mas irritada la naturaleza, ya que: nubes, agua y rayos, formaban un concierto dantesco que tenia aterrorizados a todos y solo la gran fuerza de voluntad del párroco los obligaba a continuar.

Una vez terminado el primer agujero, es colocada la primera cruz, rociándola con agua bendita y diciendo unas oraciones, para luego continuar al otro picacho en donde realizan la misma operación, escuchándose al ponerse la segunda cruz, un grito infrahumano que parecía salir de la barranca, acompañado de un temblor repentino, que origino que varias rocas gigantes se desprendieran de los picachos y rodaran ladera abajo para detenerse a la orilla del pueblo; fenómenos estos, que hicieron que a todos se les pusieran los pelos de punta y un continuo santiguar saliera de las bocas que se transforma en admiración, al contemplar como, la lluvia y el viento desaparecen y las nubes dejan el paso a un brillante sol, pidiendo el Sr. Cura a los presentes, le acompañen a dar gracias a dios por los favores recibidos y acomodándose sobre una roca, celebra por primera vez la Santa misa en ese lugar.

Muchos de los que acompañaron al Sr. Cura al cerro para poner las cruces, observan la gran distancia existente entre los picachos y la gran profundidad que hay en medio de los dos, por lo que murmurando bajo pero con temor decían: “en verdad eso que saltaba entre un picacho y otro era el diablo ya que ningún hombre podría hacerlo” gravándose todos esta idea que al bajar del cerro ya la consideraban una realidad, pues a partir de ese entonces dichos picachos que se levantan en el lado sur de Cuitzeo de Abasolo, son rebautizados con el nombre de “El Brinco del Diablo”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *


Acerca de Nosotros…

Somos un grupo de amigos que quieres dar a conocer todo lo sucedido en nuestro querido Abasolo, aquí encontraras noticias, leyendas, información de utilidad, entre otras cosas más.


CONTACTO

WHATSAPP